Una antología que estaba faltando.
Adolfo Bioy Casares
J. P. Donleavy
Guillermo Martínez
William Somerset Maugham
A. A. Milne
Fabio Morábito
Daniel Moyano
Paul Theroux
William T. Tilden
John Updike
David Foster Wallace
Escritores de varias generaciones y nacionalidades -latinoamericanos, estadounidenses y europeos-, apelando al realismo o a lo fantástico, van develando a través de sus cuentos los modos en que el tenis se puede vincular con las más diversas circunstancias de la vida.
«Fabio Morábito, con su talento tan singular para desdibujar los límites entre lo posible y lo extraño, va tejiendo, en torno a la cancha de tenis, un mundo suntuoso hasta la gratuidad y delicadamente despiadado; J. P. Donleavy, por medio de su prosa desbordante y excéntrica, da cuenta de un Wimbledon en el que aún persisten las raquetas de madera y algunas glorias que ya son historia; el tenis como propiciador de una aventura inusualmente afortunada está presente en el cuento clásico de Somerset Maugham, y como epicentro de una felicidad tan perfecta que provoca indignación, en el cuento de Guillermo Martínez, atravesado por un humor inteligente y desconsiderado. La carga de discriminación y de maldad que es posible en unos correctos hombres de negocios que juegan al tenis (Paul Theroux), la cancha de tenis como testigo inalterable de un matrimonio que se derrumba (John Updike), la persistente belleza del juego de un gran tenista (William T. Tilden), el tenis como sueño imposible de un ascenso social (Daniel Moyano), las vicisitudes de una derrota tenística sin atenuantes (A. A. Milne), el interior, desesperado y feroz, de un chico talentoso para el tenis y desahuciado para la vida en sociedad (David Foster Wallace), el tenis como trasfondo de una historia galante con derivaciones indeseables (Adolfo Bioy Casares), van construyendo un mosaico de universos dispares que se revelan con el pretexto del tenis y que, a la vez, son el pretexto para revelar un juego en el que caben la pasión, la destreza, la venganza, el fracaso y la búsqueda de felicidad.»
Liliana Heker